martes, 28 de abril de 2009

La gripe porcina bajo el foco mediático


El virus de origen porcino, se propaga con rapidez por todo el mundo, ya que su forma de contagio es de extrema facilidad. Con un saludo de mano o un beso en la mejilla, el virus se transmite a la otra persona fácilmente, teniendo un tiempo de 5 días antes de comenzar a mostrar los síntomas físicos de la presencia de la gripe en el sujeto. Por ello, México, país donde se han registrado la mayor cantidad de contagiados, ha paralizado sus actividades, y condicionado al resto del mundo, hasta el 6 de mayo.

Sin ir más lejos, 33 millones de alumnos dejaron de ir al colegio hasta esa fecha para evitar el contagio en espacios cerrados con mucha presencia de gente. Por lo mismo, partidos de fútbol, conciertos, conferencias y todas las actividades que demanden la reunión de muchas personas en un sólo lugar, han sido canceladas, ya que de esa forma, se evita potenciar la fluidez del contagio del virus, sobre todo en Ciudad de México, donde viven más de 20 millones de personas.

Se han registrado casos confirmados en Estados Unidos, Inglaterra y Canadá, además de posibles casos en Chile, República Dominicana, Argentina y en diversas naciones de Europa, que monitorean constantemente el flujo de personas que ingresan a esos países con el objetivo de resguardar la salud de la población y evitar la propagación del virus que supuestamente, se gestó en México, del cual se conoció el primer caso a principios de abril de este año.

Hasta el momento, han sido 20 las personas que han fallecido producto de la gripe, y existe sospecha por el deceso de otras 130, aunque aun no se ha confirmado si ha sido a causa del virus o por otra complicación en su salud. De todos modos, la OMS (Organización Mundial de la Salud), indicó que están en alerta nivel 4 (de un total de 6), trabajando arduamente para evitar que la gripe porcina se transforme en pandemia.

Por ahora, las medidas son cautelares, apelando al cuidado personal y evitar estar en lugares muy concurridos, y sobre todo, haciendo un llamado a la calma y evitar el pánico que se ha querido inmiscuir en la población mundial, ya que las cifras alarmantes divulgadas en los medios de comunicación, han sido preocupantes, aumentando el temor en los países que tienen posibles casos, además de los ya confirmados territorios donde ha ingresado la gripe porcina.

Diversas personalidades que viven en México, han relatado el temor reinante en la población, los perjuicios que provoca una situación como esta y la exageración de los medios de comunicación en torno a la gripe, que ha causado estragos en México, pero no de la forma en que se relata en la prensa. Al mismo tiempo, se sostiene que la incertidumbre mundial, pesa mucho más en los otros países que en la misma nación azteca.

Lo anterior, se explica por el simple hecho de que una noticia del calibre de una gripe que se propaga con facilidad y a gran velocidad, vende de manera incalculable, puesto que millones de personas siguen minuto a minuto las nuevas cifras y antecedentes que van apareciendo en torno al virus, más aun si se van confirmando casos en los mismos países o sectores cercanos al lugar donde viven dichos sujetos.

Debido al efecto mediático, el temor se esparce brutalmente por las calles de todo el mundo, en mayor proporción que la misma gripe, plasmando indicios de desesperación y pánico, efectos igual o más contagiosos que el virus de origen porcino, amparados en las cifras de muertes por posibles neumonías producto de la gripe, además de las medidas estrictas por parte de algunos gobiernos para evitar el ingreso y/o propagación del virus en su territorio, sumado a la alarma existente desde la OMS, que se ha esmerado en poner toda su atención en la gripe y en el control de la misma, apelando a la calma y al cuidado higiénico personal, factor que puede determinar la menor o mayor tendencia al contagio de la enfermedad.

La gripe viene en el peor momento, puesto que en medio de una crisis mundial, un descalabro de esta magnitud, acaba con los índices de turismo, negocios, transporte y sobre todo, en la vida cotidiana de las personas, afectando brutalmente la golpeada economía mundial, sobre todo, en aquellos países donde la gripe porcina ya se ha instalado en muchos rincones, como es el caso de México y en menor medida, de Estados Unidos. Por lo mismo, se estima, que sólo en el país azteca, la visita de turistas a las diversas localidades ha bajado en un 75%, índice que puede seguir subiendo si la gripe sigue su curso sin barrera que la pueda detener.

El 6 de mayo será una fecha clave para México, América y el mundo entero. No se sabe con exactitud si el virus nació en dicho país, pero es un hecho que desde el Distrito Federal, la gripe porcina ha causado estragos en muchos puntos del planeta, sentando el temor de una posible pandemia y encendiendo las alarmas de un contagio a nivel mundial. Los primeros días de mayo serán vitales para la evaluación de las autoridades sobre el impacto de sus medidas para controlar la gripe, que debiera detenerse esporádicamente con el pasar de las semanas, trayendo consigo, el esperado y ansiado retorno a las actividades normales, y sobre todo, el retorno a una calma que por estos días, se ve amenazada por la gripe porcina y por el virus mediático.

sábado, 25 de abril de 2009

Frost/Nixon: relato y análisis de una entrevista que impactó al mundo entero Parte II


Análisis parte II


El clímax

La entrevista llegó a su punto más crítico el 28 de marzo de 1977, en la tercera ronda de los encuentros. El miedo del equipo de Frost aumentaba, ya que Nixon había podido eludir magistralmente sus errores en Vietnam, lo que hacía presagiar una aplastante victoria en los temas en que Nixon fue asertivo a la hora de tomar decisiones durante su gestión como presidente de los Estados Unidos. Nixon era más presidenciable que nunca, puesto que mucha gente reconocía que el ex presidente había tenido un tiempo difícil y que Estados Unidos se encontraba en una “revolución”, afirmación del propio Nixon, que ganaba adeptos y enervaba los ánimos de su vuelta a la primera fila política.

5 días antes de la última entrevista el pesimismo embargaba el entorno de Frost. El animador de televisión comenzaba a preguntarse con qué propósito había intentado tal hazaña comunicacional, viéndose en un escenario con la reputación más baja de toda su carrera, al haber tratado de lograr la confesión de Nixon con nula experiencia en temas políticos. A ello se sumaba la clausura de su programa en Australia, dada su prolongada ausencia y el escaso apoyo que tenía por parte del directorio, lo cual le cerró las puertas a un Frost que estaba ad portas de un descalabro. La esperanza comenzaba a apagarse en el rostro de uno de los pocos que nunca dejó de creer.

Pero una llamada cambió todo. Richard Nixon telefoneó en la madrugada a un agotado y decepcionado David Frost, que vio una luz de esperanza con los dichos del ex presidente. Fue una conversación casi en monólogo. Frost escuchaba atentamente las reflexiones de Nixon en torno al motivo que los reunía en una entrevista. El éxito y el fracaso, la delgada línea entre ambos horizontes y la presión social de llegar a lo más alto sin importar los medios, eran algunos de los comentarios que hacía el estadounidense y su experiencia como político en lo gloria y al mismo tiempo, envuelto en el escándalo más grande del cual Estados Unidos tenga memoria.


El desenlace
Frost/Nixon. Sólo uno podía llevarse la victoria, y eso, bien lo sabía el ex presidente y el animador de televisión al comenzar las entrevistas. Y la clave comenzaba a aparecer en la mente del inglés. Watergate y la revisión exhaustiva de las grabaciones, eran la llave al hundimiento de Nixon y la gloria para un debilitado David Frost. En los registros, Nixon ordenaba a su equipo el control total de los periódicos de Los Angeles y el movimiento de los líderes del comando opositor, para conocer sus pasos y luego de su supuesta reelección, “hacerles la vida difícil” a todos los que se opusieron de manera frontal a su estancia en el poder.

El 22 de abril de 1977, llegaba el cuarto y último día de entrevistas con un Nixon expectante ante las preguntas que pudiera hacer Frost en la ronda más complicada e histórica del último siglo. Aquella intervención no sólo cambiaría la relación del periodismo con la política, sino que sentaría el precedente del primer presidente en renunciar a su cargo en Estados Unidos, admitiendo su culpabilidad y acabando con toda señal de su vuelta a un cargo público, del cual abusó de manera indefectible y consciente.

Frost utilizaba inteligentemente palabras controversiales como la obstrucción a la justicia, el abuso de poder y el espionaje al partido opositor de forma totalmente ilegal y criminal. Al mismo tiempo, en conversaciones previas al reconocimiento de Nixon de no saber nada de Watergate antes del 21 de marzo de 1972, existían afirmaciones registradas del ex presidente sobre la extracción de dinero, la prohibición de que su equipo hablara y la misión de su abogado de retirar más de 200.000 dólares para supuestos fondos benéficos inexistentes.




El punto de quiebre
Nixon comenzó a delatarse al afirmar que muchas veces, el presidente debe hacer cosas indebidas o ilegales por los intereses de una nación. Era el principio del fin. El republicano se contradecía y no tenía más argumentos que admitir sus errores, apelando a querer el bien del país que dirigió. “Cuando el presidente lo hace, no es ilegal” fueron las palabras explícitas de un Nixon que dejó atónito a Frost y a 45 millones de personas que vieron en su ex presidente, un hombre que abusó del poder y pasó por alto la ley.

La presión no podía ser más en los hombros de Nixon, por lo que Frost, pujó con una pregunta simple y magistral. “En ese caso, ¿admite usted de una vez por todas, que fue parte de un encubrimiento y que quebrantó la ley?” Al verse en una encrucijada, Nixon, protegido por su equipo por un instante, tuvo que reconocer sus errores y la violación a las leyes dentro del marco político, algo que ni siquiera el presidente podía pasar por alto.

Era el clímax de una entrevista apetecida e histórica. Frost había logrado su cometido y retiró de manera definitiva a Richard Nixon, un experimentado político y de las comunicaciones, que debió enfrentarse a un inexperto David Frost, pero que, en palabras de Bob Zelnick, tenía una ventaja sobre el resto de las personas, David Frost “entendía la televisión”.

Era el momento del antes y el después para Nixon. Su equipo de asesores lo sabía, él lo sabía. No tenía otra opción más que volver a sentarse y terminar la entrevista, concediendo, dado los hechos irrefutables, su confesión de culpa y su ingreso al anonimato en las más completa vergüenza política de carácter histórico, para un país que debió mirar la cara de un Nixon absolutamente sorprendido por la situación y por la única opción que le quedaba: admitir que se había equivocado.

Frost le pidió a Nixon decir tres cosas: reconocer que hubo un crimen, admitir el abuso de poder y mirar a los ojos al pueblo norteamericano y afirmar que los sometió a dos años de “agonía” producto de la guerra de Cambodia y Vietnam, la cual le costó la vida a miles de estadounidenses. A ello, Nixon respondió que cometió errores, “horrendos, que no son dignos de un presidente”, además del encubrimiento, del cual fue parte, asumiendo su “profundo arrepentimiento”.

“Nadie sabe lo que se siente renunciar a la presidencia”, fueron las palabras de un Nixon irreconocible. Frost logró encajar una pregunta que logró conmover a Nixon, cuestionándolo por el pueblo americano. El ex presidente logró decir al fin, “los defraudé”, “defraudé a mis amigos, defraudé a un país, y lo peor de todo, defraudé a nuestro sistema de gobierno”.

“Mi vida política ha llegado a su fin”. Richard Nixon, implacable durante toda su carrera, tocaba el corazón de los norteamericanos, admitiendo sus errores, la decepción que causó y la tristeza que llevaría por el resto de su vida, cargando con una culpa difícil de soportar para el único presidente que debió renunciar por un caso de corrupción ineludible.

David Frost tocaba el cielo, pero más que eso, se plasmaba el poder de la televisión, el poder de preguntas claves y el poder de una imagen difícil de olvidar, el enfoque al rostro de Nixon, tocado por la soledad, embargado por la decepción, y atrapado en una culpa que la historia no liberara jamás.

Frost/Nixon: relato y análisis de una entrevista que impactó al mundo entero



La década de los setenta fue controversial y escandalosa para el ámbito político en Estados Unidos. La presidencia del republicano, Richard Nixon tuvo su punto culmine cuando estalló el caso de Watergate, al salir a la luz pública, el espionaje, sabotaje y abuso de poder por parte del gobierno de Nixon para lograr su cometido de ser reelegido presidente de Estados Unidos en 1972.

Luego de su dimisión en 1974, Richard Nixon optó por el absoluto silencio en los medios, aguardando por una opción real de dar a cononocer su versión e impresión sobre las razones que lo llevaron a renunciar a su cargo, hecho sin precedentes en la historia estadounidense. Tres años más tarde, David Frost conseguió persuadir a Nixon de darle la exclusiva, en cuatro entrevistas de dos horas de duración, donde abarcarían el pasado del ex presidente, su biografía y porsupuesto, el escándalo de Watergate y su implicancia en el hecho que lo llevaría al retiro absoluto de su vida política.


El análisis : parte I

Richard Nixon, ex presidente de los Estados Unidos; David Frost, presentador y animador de la televisión británica; y una cámara, testigo ocular del hecho político que escandalizó al mundo, son los tres protagonistas de una historia que desencadenó una batahola política en Estados Unidos, sellando el futuro de Nixon, y marcando el antes y el después de una era comunicacional que transformaría la relación de la política con los medios.

La película Frost/Nixon, escrita y dirigida por Ron Howard y protagonizada por Frank Langella, Michael Sheen y Sam Rockwell, relata el proceso que terminó por sentar frente a frente, a un “inofensivo” animador inglés, y al ex presidente de los Estados Unidos, Richard Nixon, único mandatario de la historia norteamericana en renunciar a su cargo por un escándalo político de proporciones, que lo obligó a dejar de manera anticipada la Casa Blanca en 1974, en absoluta impunidad.

En Australia, David Frost se enteró del hecho ocurrido en Estados Unidos, y viendo la gran oportunidad que tenía en sus manos, se encomendó el objetivo de lograr la exclusiva con el implacable Nixon, que por tres años, no permitió ninguna entrevista a ningún medio de comunicación, guardando celosamente sus impresiones sobre Watergate y su implicancia en el caso que le cerró las puertas a su vida política.

La clave era simple para Frost; ofrecerle a Nixon algo que ningún otro medio o entrevistador pudiera, sumado a su escasa reputación como un “peso pesado” de las entrevistas políticas, el inglés asomaba como una presa fácil para ofrecer los hechos de la boca del ex presidente, y una fuente de mucho dinero. El animador de televisión le ofreció $ 500.000 dólares por la entrevista, dinero que tuvo que aumentar a $ 600.000 para la aceptación definitiva de Nixon y su equipo de asesores, que lo instó a aceptar la entrevista, dada las condiciones favorables y el dinero en juego.

Swifty Lazar, asesor y agente de Richard Nixon, logró persuadir al ex presidente de aceptar la entrevista de David Frost, por la poderosa razón de su desconocimiento ante tal evento político, en desmedro de los experimentados periodistas de la cadena CBS, que le ofrecían hasta $ 350.000 dólares, pero una verdadera batalla campal con el objetivo de lograr la confesión de Nixon, sinónimo de dinero y audiencia de inimaginable proporción.

En 1976, en Nueva York, David Frost, en compañía de su productor y amigo, John Birt, comenzaron su periplo camino al gran encuentro con Richard Nixon. A su equipo, se le sumó el escritor y gran crítico de Nixon, James Reston Jr. y el hombre de las noticias de la cadena ABC, Bob Zelnick, encargados de reunir todo el material de estudio para las preguntas que se le harían al ex presidente en la serie de entrevistas pactadas para 1977.

En la reunión previa a las entrevistas, David Frost no tenía patrocinadores. Tenía un contrato por $600.000 dólares, de los cuales tuvo que pactar $250.000 en un cheque propio sin fondos para esa cantidad, ejemplificando el ímpetu de lograr la confesión de Nixon, ateniéndose al tremendo riesgo que significaba subirse a un tren que lo podría llevar a la ruina total, o al éxito comunicacional más grande del que se tenga memoria.

Pero el proceso no sería fácil. Los propósitos de Frost en un principio, fueron meramente lucrativos y por el éxito personal. Sin embargo, el equipo que lo acompañó, lo hizo ver más allá, y entender la tremenda oportunidad que tenía a su haber. Tendría frente a él, por largas horas, al político más cuestionado del último siglo, con la opción de lograr que confesara sus culpas, y le admitiera a todo el mundo sus errores, aciertos y la devaluación que logró darle al sillón de la Casa Blanca. Sin duda, una confesión que Nixon nunca esperó dar, y que Frost logró extraer.

Por largos meses, la preparación fue exhaustiva, revisando la carrera de Nixon de principio a fin, presionados por la coyuntura, el miedo al fracaso, y la popularidad de la que gozaba Frost en esos años, ya que muchos canales de televisión y periodistas, vieron en su objetivo, una verdadera broma, guardando nulas esperanzas de que un presentador inglés de televisión pudiera poner en aprietos al hábil y experimentado Richard Nixon.

El hotel Beverly Hills sería el epicentro del equipo de Frost para preparar el material de las entrevistas. En enero de 1977, Frost, Birt, Zelnick y Reston se preparaban para llevar a cabo el asalto comunicacional de sus vidas, con muchos sobre saltos en el camino, que incluso hicieron peligrar la estabilidad de un grupo que logró su cometido cuando las esperanzas se esfumaban.



La entrevista

Verano de 1977. Frost frente a Nixon. Una entrevista que cambiaría el curso del siglo. El primero de los encuentros se llevó a cabo el 23 de marzo. Con dos horas por grabar, Frost se dio cuenta que se encontraba frente a un hueso difícil de roer por donde lo mirara. Cada pregunta la desviaba a sus logros, y los hechos que oscurecieron su gestión, plasmados inteligentemente por Frost, los transformaba amparado en la difícil coyuntura que vivía Estados Unidos en la década de los setenta.

Richard Nixon sabía a lo que iba y tenía plena conciencia del poder de la entrevista, ya que de salir airoso, podría darle nuevos aires a sus aspiraciones políticas del futuro, teniendo en cuenta lo importante que resultaban sus dichos y la convicción de jamás reconocer su incidencia en Watergate, arma de doble filo. Nixon estaba ante dos caminos, el del fracaso y el retiro político, o la vuelta del presidente en la pelea por la Casa Blanca una vez finalizado el escándalo.

La táctica de Nixon era tan fascinante como simple. Alargaba las respuestas de manera que se desvirtuara totalmente, y la táctica de Frost de darle en algún punto débil de su gestión, no lograra el éxito esperado. A ello, se sumaba el factor del tiempo, ya que eran dos horas, por lo que cada pregunta no podía pasar de los cinco minutos, números que manejaba a la perfección el ex presidente. No dejaba entrar a Frost en ningún momento de la intervención, argumentando sus respuestas con recuerdos anteriores a su mandato que incluso, no tenían relación con la pregunta ni menos con la base de la respuesta.

Frost se encontraba con complicaciones financieras, perdiendo importantes patrocinadores, dada la escasa credibilidad que poseía el inglés en la arena política comunicacional. Luego de la primera entrevista, los dos millones de dólares que necesitaba reunir, estaban lejos de ser concretos, ya que sólo tenían reunido el 30% de ese dinero, factor que aumentaba la desesperación de Frost y su equipo, que con el paso de las horas, perdía la fe en un proyecto condenado mucho antes de comenzar.

Las entrevistas se hacían tediosas y largas; Frost no lograba encajar con la pregunta adecuada, y Nixon se hacía presidenciable una vez más. Con la elevada convicción de sus palabras, el ex presidente ganaba adeptos, sensibilizaba a sus opositores e imprimía en su discurso, pedidos implícitos del perdón y una nueva oportunidad de comandar un país que lo eligió y que sufrió una decepción que comenzaba a desaparecer gracias al manejo magistral de Nixon ante las cámaras, hundiendo a Frost, financiera y mediáticamente.

Vietnam, Cambodia y Watergate eran los puntos fuertes del cuestionario de Frost, pero Nixon sabía redondear las preguntas y envolver sus errores en aciertos de acuerdo a la situación mundial de ese entonces. Alargando al máximo, sacando de contexto sus respuestas y presionando a Frost, el ex presidente entraba en tierra derecha a conseguir un éxito mediático que lo podría haber catapultado al olimpo político más temprano que tarde.

domingo, 19 de abril de 2009

El incendio albo se apagó con el agua más dulce

Una de las semanas más tensas y conflictivas en la historia de Colo-Colo; crisis interna y deportiva; la salida de un histórico de la banca del Cacique y la ira descontrolada de los hinchas en contra de algunos jugadores, sumaban para llevar a Colo-Colo a una nueva versión del superclásico de forma desgastada, desconfiada y con una presión más que abultada en el bolsillo de los 11 que saltaron a la cancha de Ñuñóa.

Pero un clásico es un clásico, y así lo demostraron los albos que, de principio a fin dominaron las acciones del encuentro, con un Macnelly Torres inspirado y un Lucas Barrios que volvió a las conquistas ayudado por la colectividad del equipo y la poca resistencia de la defensa azul durante todo el compromiso.

La victoria por 3-1 fue justa, ya que reflejó la realidad mostrada en la cancha, dejando de lado los fantasmas de una crisis profunda y la ira de hinchas sedientos de victoria luego de días llenos de tensiones, acusaciones de gravedad y un camarín más dividido que nunca. En la misma línea, los albos mostraron lo mejor de repertorio, cuando a los 13´minutos un violento remate de Macnelly Torres fue a penas desviado por Miguel Pinto, permitiéndole a Lucas Barrios alcanzar el balón y decretar el primer tanto para los colocolinos, desatando la euforia del sector albo del estadio. La tarde seguiría siendo blanca, ya que los dirigidos por Gualberto Jara se fueron con todo en busca del gol tranquilizador, y fue así como a los 34´ minutos de juego, con gran jugada de Macnelly Torres, el argentino, Lucas Barrios pudo anotar su segundo personal tras encontrar una débil reacción del portero azul Pinto.

El segundo tiempo comenzaría de manera inesperada, ya que a los 53´, tras mala salida de Luis Pedro Figueroa, el volante azul, Emilio Hernández jugó magistralmente con Juan Manuel Olivera, quien logró el descuento azul, sentando la esperanza de los universitarios de revertir el marcador. Pero los 69´minutos terminarían de ser los últimos segundos de aspiraciones de victoria para Universidad de Chile, ya que Figueroa enmendó el error y logró convertir el tercer y último tanto para los albos, tras gran pase de Lucas Barrios, la figura del encuentro junto al colombiano Torres.

De esa forma terminaría el clásico en su edición 163, como una manera de revertir la grave crisis interna que vivió Colo-Colo durante la semana, inestabilidad que esboza indicios de cambiar gracias a la convincente actuación alba este domingo. El Cacique vuelve a la carga por ser parte de la segunda fase del torneo Apertura, pero deberá seguir luchando por esa opción, al encontrarse en las últimas posiciones del campeonato, aunque con la ilusión intacta de volver a levantar el trofeo de campeón, como se ha hecho costumbre en los últimos años.

"Con o sin Marcelo" la victoria era alba, afirmó Lucas Barrios. El goleador del mundo del 2008 apuntó a las falsedades que se dijeron y criticó que los problemas del camarín se hayan ventilado de esa forma, pero al mismo tiempo, sentó sus aspiraciones de ser campeón y darle alegría al hincha albo, dolido durante los últimos días, pero con nuevas esperanzas de conseguir una nueva estrella para el equipo de sus amores.

Cumbre de las Américas y un protagonista


Trinidad y Tobago fue escenario de una cumbre de Las Américas en medio de una de las coyunturas más difíciles de los últimos 50 años. La crisis en todos sus frentes, ha condicionado un encuentro que llegaba con expectativas de máxima tensión entre el presidente de Venezuela, Hugo Chávez y el de Estados Unidos, Barack Obama. A su vez, existía suspicacia por la asistencia del mandatario de Bolivia, Evo Morales, que pocos días antes del comienzo de la cumbre, se encontraba en plena huelga de hambre por la promulgación de una ley que le permitiese reelegirse una vez terminada su gestión actual.

Sin duda que el momento del antes y el después, fue el gesto de amabilidad de Barack Obama con su par venezolano, Hugo Chávez, al acercarse hasta donde se encontraba para estrecharle la mano, como una forma de apaciguar los ánimos, y encontrar los mecanismos de volver a relaciones de cordialidad y esperanza con un mismo objetivo por delante, enfrentar y derrotar a la crisis económica más grande de la historia.

Obama, fue la voz cantante en cada segmento de la cumbre. Desde sus intervenciones, donde le abrió la puerta a Cuba a relaciones abiertas con Estados Unidos, haciendo hincapié en sus esfuerzos por instaurar la democracia en ese país, hasta sus enérgicos dichos sobre el trabajo en conjunto que debe hacer América para superar la crisis, dejando de lado diferencias, ajustando agendas de cohesión laboral, y apuntando hacia el mismo lado contra las turbulencias de la "crisis perfecta", como afirmaba Chávez hace unos meses.


El presidente norteamericano no se quedó atrás en sus reuniones privadas y conversaciones de carácter "productiva", donde sostuvo diversos encuentros con mandatarios de Colombia, Alvaro Uribe, y de Chile, Michelle Bachelet, con quien se mostró especialmente atento en cada oportunidad en que se encontraron durante el almuerzo y la cena de la cumbre. A su vez, se mostró interesado en sostener tratativas comerciales y políticas con la mayoría de los representantes de los países que asistieron a la cumbre, como una forma de entablar relaciones, siendo dicho encuentro, el primero de carácter continental para el reciente electo presidente.

Un hecho que llamó especialmente la atención, fue el total apoyo de Obama hacia el gobierno de Evo Morales, dada la crisis interna que existe en Bolivia y la amenaza a la estabilidad gubernamental y la propia integridad del mandatario altiplánico en el último tiempo. Obama sostuvo que su gobierno, condena y está totalmente en contra de cualquier intento de derrocamiento de un gobierno democrático como el de Bolivia. A su vez, puntualizó que dichas amenazas no constituyen los deseos de su gobierno ni del pueblo estadounidense en el accionar de cualquier gestión gubermanetal de carácter democrático.

En una de las columnas hechas por Obama para los diarios y periódicos de latinoamérica, sostuvo que la cumbre permite a todos los presidentes elegidos democráticamente, la oportunidad de expresarse y ser parte del proceso del cambio que necesita todo el continente americano. A su vez, destacó las nuevas políticas en torno a las restricciones que existían contra Cuba, desde visitas de los cubano-americanos a su país, e incluso, el envío de recursos para los familiares que aun residen en la isla. Aquello ha cambiado desde que Obama llegó a la Casa Blanca, puesto que creyó innecesario y obsoleto una restricción de ese tipo, ante una crisis que necesita de todo y todos para afrontarla, e incluso, dejar los debates "trillados" del pasado atrás, y comenzar de nuevo.

Sin duda que la cumbre ha sido el principio de un nuevo proceso. Por lo mismo, Obama ha sostenido que de los dichos, se debe pasar a los hechos de manera rápida, eficaz y sostenida, por el bien de todos los pueblos del continente, sin excepción alguna, víctima de una crisis dolorosa y prolongada, en la cual ya no hay cabida para peleas banales de pensamiento e ideologías.

Se esperan las acciones de un continente dividido históricamente, pero ahora más que nunca, con nuevas caras y pensamientos, la esperanza se hace evidente ante un escenario que otorga una tremenda oportunidad de reinventarse y hacer de América un continente "armado" ante la inestabilidad mundial.

jueves, 9 de abril de 2009

La vida es un ratico


Ha fallecido Ramón Díaz. Estudiante de Comunicación, compañero, conocido, amigo, hijo y hermano. Ha dejado de existir un hombre conocido por muchos como Blue, un joven que rondaba los 20 años, y que en un segundo, vio truncada su vida, sus metas, aspiraciones y proyecto de vida, cuando recién comenzaba a caminar por un destino marcado por un accidente que oscureció aun más la madrugada del miércoles.

De un momento a otro, el impacto de su deceso marcó el inicio de una semana santa especial. No serán días comunes, ni el lunes, será un inicio de semana más. La comunidad universitaria está de luto, y aunque hay esbozos de costumbre en torno a la muerte de tantos amigos, el fallecimiento de un ser humano con el que se compartió un aula, sigue siendo de mucho impacto y tristeza.

Da para pensar tantas cosas, pero sin duda, que la muerte de Ramón baja los humos de la cabeza, y enseña que la vida es tan corta como insegura. No se sabe cuando partiremos, ni como lo haremos. Nadie sabe cuando será nuestro último instante, y si ese momento llega en el minuto preciso.

Me quedo con tantas preguntas que muchos encajan con un "Dios sabe porqué hace las cosas", pero yo voy más allá, y digo, que la vida muchas veces no tiene ni algo cercano a un color rosa. Es simplemente la vida, que hay que vivirla, gozarla y sentirla cada minuto que pasamos, existiendo de momentos y no del paso del tiempo. Llorar en los malos instantes, y reir cada vez que nos damos cuenta que estamos presenciando un segundo de goze, es lo que determina nuestra vida.

Ramón se ha ido, y nos dejó el recuerdo de su vida. Con 20 años en el cuerpo, no tengo la menor duda de que hubo muchas cosas que no pudo hacer; hubo muchas risas que no pudo esbozar; hubo muchos llantos que no pudo desatar; y hubo muchos recuerdos, que no podrá construir.

Lo único que nos queda es seguir viviendo y homenajear a los que ya no están, seguir riendo y llorando, seguir gozando y seguir trabajando, seguir aquí, en la vida, en el día a día, que tantas veces nos impacta y nos marca, como aquella noche que no le volvió a mostrar la luz del día a un ser humano, que dejó la vida, y se confundió en la oscuridad.

viernes, 3 de abril de 2009

93 días en el corazón de Felipe Cruzat


Felipe Cruzat ha dejado de existir. Fueron 93 días de larga espera, en una agonía interminable para su familia, donde todo Chile se mantuvo expectante al desenlace de una historia que cada ciudadano, la vivió a su manera, esperanzados en que algún donante apareciera con el corazón que tanto necesitaba el pequeño.

Hubo momentos de alivio en los rostros de su familia, ya que el gobierno chileno, pudo traer con urgencia y eficiencia, un corazón artificial provisorio desde Argentina, con el fin de hacer más llevadera la espera y paliar la poca resistencia que tenía el cuerpo de Felipe. Pero desde un principio, los médicos tratantes advirtieron que esa medida era sólo temporal, puesto que de igual forma, el menor necesitaba un trasplante de corazón cuanto antes.

Los días pasaban, y el órgano no llegaba. De muchos rincones del país aparecían posibles donantes, pero ninguno se concretaba. La luz comenzaba a apagarse, ante la impotencia de un país que proclamaba por un solidario, sin darse cuenta, que debió ser la misma gente, que debió ponerse en el lugar de Felipe, y darle vida, cuando la suya o la de algún familiar, haya llegado a su fin.

Felipe Cruzat se convertía con el paso de las horas, en un símbolo de lucha, en un niño que demostraba ante el mundo, que por la vida se pelea y se aguanta hasta donde las fuerzas no lleguen. Pero el donante no aparecía, y su valentía se esfumaba en las sombras de un corazón que decía basta. No en vano, fueron 93 días de lucha titánica contra un destino que estaba escrito en las bases de un país que predicó tanto, y que nunca empezó por casa a poner en práctica sus dichos y rezos.

Llegó la mañana del 3 de abril del 2009, y un problema en su vía respiratoria, provocada por una fuga de sangre, terminó por convertir a Felipe Cruzat en un mártir de la lucha en la espera por un donante. Minutos después de su deceso, Chile se paralizó. Luego de 3 meses de ansiedad, esperanza y anhelo, el corazón artificial del pequeño, dejó de funcionar, sepultando días y noches de una angustia inexplicable, de gritos de auxilio por parte de sus padres, y desatando un llanto general por la historia de un joven, que luchó hasta el último minuto por seguir viviendo, por dar un paso hacia delante en un existir que lo marcó, y le enseñó a un país entero lo que es pelear por la vida.

Más allá de la tristeza de su partida, Felipe Cruzat ha dejado una enseñanza, una lección de vida, y una línea de trabajo que se debe seguir para que en el futuro, jóvenes y adultos tengan un donante en menor tiempo y con las mejores condiciones posibles, porque no existe mayor derecho que la vida misma, y no hay mayor goze, que vivirla en plenitud.

El recuerdo de aquel joven de 11 años, quedará en la imborrable memoria de quienes siguieron minuto a minuto la suerte de un ser desconocido, que alcanzó la fama nacional a costa de un sufrimiento jamás deseado. No hay dudas, de que 16 millones, hubiesen preferido que Felipe Cruzat hubiese sido famoso por su talento, por sus dotes, o simplemente, por ser un chileno más trabajando por los suyos y por su país. Chile ha perdido a un grande de su gente, pero ha ganado un símbolo, un recuerdo, una luz, un ángel que nos enseñó y nos ejemplificó en 93 días, la vida fuera de todo campo banal, y la guerra contra todo aquello que quiera destruirla.


Un pequeño de 11 años, un ejemplo para millones, un lema de la lucha y un mártir por la vida.

Hasta siempre Felipe.

miércoles, 1 de abril de 2009

La ilusión del Mundial sigue dependiendo de la Roja


La selección chilena de fútbol permanece en la parte alta de las eliminatorias mundialistas rumbo a Sudáfrica 2010, tras el término de la duodécima fecha, donde la Roja, empató sin goles contra Uruguay en el Estadio Nacional de Santiago. Gracias a la victoria conseguida en Lima, por 3-1, y el empate 0-0 contra los charrúas, Chile se quedó con 20 unidades, por lo que se ubica en el tercer lugar de la tabla, detrás del líder, Paraguay, que ostenta 25 puntos, y Brasil, que goleó a Perú en Porto Alegre, trepó a la segunda ubicación con 21 unidades.

Los resultados anteriores al partido de Chile con Uruguay, le habían dado todas las posibilidades de afirmarse en los puesto de avanzada, ya que Argentina sufrió una derrota apabullante e histórica en La Paz, a manos de la selección de Bolivia, que le propinó un 6-1, con tres goles de su figura, Joaquín Botero, autor de 3 dianas. Más allá de la impactante derrota, el resultado era propicio para que Chile se alejara de la albiceleste, por al menos, 3 puntos. A su vez, Colombia había perdido el rastro de los líderes tras caer ante Venezuela por 2-0, y Ecuador sólo empató con Paraguay en Quito. Aquello, no fue posible, ya que el correcto partido de los uruguayos en pasto chileno, le hizo la tarea difícil a una selección que pasó más de un susto, y que al final, valoró en demasía el punto obtenido en casa.

Con 20 puntos en el bolsillo, 8 unidades más serían las necesarias para clasificar directamente al mundial de Sudáfrica. El calendario ayudaría bastante a dicho objetivo, ya que quedan 3 importantes partidos en Santiago, ya que Chile debe jugar contra Bolivia, Venezuela y Ecuador, además de visitar a Colombia, Brasil y Paraguay. Es precisamente contra los "paraguas", el próximo partido, a llevarse a cabo el 6 ó 7 de junio de este año en Asunción. De ninguna manera será fácil, ya se que se trata del líder de la campaña, aunque no viene haciendo buenas presentaciones, perdiendo inapelablemente contra Uruguay y cosechando un pobre empate ante Ecuador.

Por otro lado, el partido con Brasil será el más complicado que se tendrá lejos de Santiago. Los pentacampeones del mundo se hacen fuertes en su estadio, y no hay que ir muy atrás en el tiempo para recordar la caída estrepitosa de los chilenos por 5-0 en su última visita a Brasil, además de la goleada perpetuada en el Nacional de Santiago el año pasado por 3 goles a 0. A su vez, el partido contra Colombia en Bogotá será de alto calibre, pero con mayores posibilidades de obtener un buen resultado. En las eliminatorias pasadas, rumbo a Alemania 2006, Chile no hizo una buena presentación, y aun así, logró un esperanzador empate a 1 gol, que lo dejaba a las puertas del repechaje, situación que no se dio, por el empate ante Ecuador en Santiago, punto que no le bastó para quedarse con la quinta posición.

Los cotejos frente a Bolivia y Venezuela en Santiago, son seis puntos que debiesen quedar en casa, a pesar de ciertas sorpresas que se han dado en los últimos años, por la forma en que está jugando la selección chilena, y la magra e irregular campaña de altiplánicos y venezolanos, dos victorias en el reducto de Ñuñoa se hacen más plausibles que en campañas pasadas. Si a ese factor, se le suma una posible victoria sobre Ecuador en la última fecha eliminatoria, los pasajes al mundial debiesen estar asegurados, incluso, antes de llegar a dicho compromiso, si se toma en cuenta, la posible cosecha de puntos en las tres visitas que le restan al conjunto nacional dirigido por Marcelo Bielsa.

La tarea que le queda a Chile no es menos que complicada. En Asunción se reanudará el proceso eliminatorio, última etapa de las clasificaciones, donde se podrá vislumbrar si la selección nacional tiene la entereza y la regularidad para conseguir los ansiados boletos a la próxima cita mundial. Es de esperar, que Bielsa y sus dirigidos, hagan una correcta faena en el exterior y se afirmen en Santiago, para darle al hincha y al país entero, el grito final de que la Roja de Todos, está en el Mundial de Sudáfrica 2010.