Hoy se celebra el día internacional de la mujer, y obviamente, la protagonista de dicha conmemoración, es la madre, la hija, la sobrina, la nieta, la amiga, o simplemente, la conocida. Todas aquellas personas del sexo femenino, que han tenido que luchar desde los cimientos de la humanidad, contra la indiferencia, el clacismo y la discriminación por parte de los hombres, que desde siempre, se han caracterizado por creer que su superioridad física, traspasa las barreras psicológicas e ideológicas, categorizando a las del sexo "débil" a un segundo plano, sólo útiles para mantener la raza y los quehaceres del hogar. Pero de las cenizas, se han elevado a un status digno de admiración, contrastando cada década, la mejoría de la imagen de la mujer, como un individuo que deja el hogar, y sale al mundo a ganarse la vida, como una profesional, que busca el bienestar de su familia.
El siglo XX, puede enmarcarse como el principio del fin del destape final de la mujer en la sociedad mundial. Promediando la década del 40, el sufragio municipal, era un gran paso, ya que nunca antes, personas del sexo femenino habían tenido una participación activa en la arena política democrática, lo que abría el espectro de nuevas posibilidades para las que por muchos siglos, tuvieron que callar y no poder opinar, siendo que muchos aportes, pudieron ser de gran valía para el mundo.
En los 50, en Chile, las mujeres al fin podían sufragar de manera activa en todas los eventos electorales, incluidas las presidenciales, ya que fueron el "cómplice" de la arrolladora victoria de Carlos Ibáñez del Campo, que con la escoba como símbolo, hizo parte a miles de mujeres del país en su campaña, y junto a ello, incluyó definitivamente al "sexo débil", en la política activa. A ello, se sumó la creación de diversos movimientos feministas, que abogaban por una igualdad de derechos hacia la mujer, en una sociedad machista y tradicionalista, factor que dificultó de gran manera, las pretensiones de miles, que han tenido que batallar durante décadas para lograr no sólo ser respetadas en el campo laboral, sino que también, para lograr un cambio de mentalidad que ha tardado en llegar.
En los últimos años del siglo XX, la mujer se hizo fuerte, y su representación, a través de diversos organismos, ha marcado la pauta del respeto hacia ellas. Primero, como una senadora, diputada, secretaria de estado, o alguna líder de los partidos de oposición, han hecho que la visión sobre ellas y su capacidad, aumente, de tal forma, que desde el colegio, pasando por la universidad y llegando al campo laboral, destaquen por sobre los hombres, no sólo obteniendo buenas calificaciones, sino que desmarcándose del estigma que sus abuelas y madres, llevaron consigo toda su vida. Ha sido dicha generación, la encargada de decir presente, y de anunciar que la mujer llegó a la sociedad activa, para quedarse definitivamente y ser un real aporte a los nuevos tiempos.
La primera presidente mujer de América, fue Michelle Bachelet. Con un apoyo masivo por parte del electorado, en enero del 2007, fue una época histórica, para el partido socialista, y para toda mujer, dueña de casa, universitaria o trabajadora, porque ahora tenían una nueva visión, un apoyo y un espaldarazo, nada más y nada menos, que desde el sillón más importante de la política chilena. Las secuelas han sido variadas. Del otro lado de la cordillera, Kristina Fernández de Kirchner, resultó electa presidenta, emulando el caso de Bachelet. En Europa, Angela Merkel ha destacado como primera ministra de Alemania, y en Francia, poco le faltó a Ségolene Royal para derrotar al actual presidente galo, Nicolás Sarkozy. Aquello, ejemplifica que la mujer no sólo estaba apta para ser la primera dama de una nación, sino que también, tiene la capacidad de tomar las riendas de un país, y hacer historia.
Muchos son los reconocimientos que se le hace a la mujer en este día. Es de suma importancia, que con el pasar de los años, mujeres y hombres vayan encontrando igualdad de condiciones, oportunidades y visiones. Es importante también, que haya un homenaje de los hombres hacia su sexo opuesto, porque lo quieran algunos o no, han sido parte elemental de la historia de la humanidad, y sin ellas, así como también, sin ellos, el mundo no existiría. Por lo tanto, el éxito, la responsabilidad y la importancia, es compartida, y no será totalmente igualitaria, hasta el día, que ya no sea necesario encumbrar a la mujer en cada oportunidad que se tenga, para darle un plus en busca de la paridad, porque cuando llegue ese momento, conmemorar a la mujer en un día especial, será parte del pasado, porque el futuro, traerá consigo, el homenaje diario a través de una igualdad laboral, social y sobre todo, mental, para un ser humano que desde siempre, fue un héroe anónimo.
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