viernes, 13 de febrero de 2009

La estrategia política del "retirado" Fidel Castro


Mal cayeron los comentarios del ex presidente de Cuba, Fidel Castro, luego de reunirse con Michelle Bachelet en la visita oficial que realizó la mandataria a la isla. El ex líder castrense, hizo referencia directa en una de sus columnas, al litigio que mantiene Bolivia y Chile por el territorio marítimo que demanda el país altiplánico, el cual perdió en un conflicto armado en 1879. "Bolivia sufrió una extraordinaria humillación histórica en aquella contienda. No solo le arrebataron la costa marítima y la salida al mar, sino que privaron a ese país, de origen auténticamente americano, sobre todo aimaras y quechuas, de extensos territorios muy ricos en cobre que constituían la mayor reserva del mundo, que (...) aporta a la economía chilena alrededor de 18.452 millones de dólares anuales", fueron las duras palabras en la columna de Castro, pocas horas después de haber tenido "una reunión muy grata", según apreció Bachelet, posterior a la conversación que duró cerca de una hora y media.

Las reacciones no se hicieron esperar y personeros de gobierno, afirmaron que el tema marítimo siempre ha sido y seguirá siendo bilateral entre Chile y Bolivia, y dicho conflicto, nunca fue tema de conversación en las distintas instancias que compartió el gobierno cubano presidido por Raúl Castro, y la comitiva que acompañó a Bachelet, en un viaje de tinte histórico, ya que desde el encuentro de Salvador Allende con Castro en la isla en la década de los 70, que ningún presidente chileno realizaba una visita oficial a Cuba.

Por su parte, la Derecha, se afirmó en sus críticas directas al ex presidente cubano. El candidato presidencial, Sebastián Piñera, fue uno de los que habló de manera contundente, al sostener, que el viaje de Bachelet fue "positivo para Cuba y perjudicial para Chile", agregando que "Fidel Castro intervino equivocada e imprudentemente en las relaciones internacionales de Chile con un país vecino como Bolivia, desconociendo la existencia de tratados internacionales válidamente celebrados y plenamente vigentes, en una actitud ofensiva y de agravio para Chile".

Desde la Moneda, llamaron a la calma, y respondieron diplomáticamente que el tema está zanjado y que dicha columna, corresponde a una opinión personal de Fidel Castro, factor que en ningún caso, debiera repercutir en las relaciones de Chile y Bolivia, y menos entre la isla y el gobierno de Bachelet. Pero el Director de Human Rights Watch, José Miguel Vivanco, tiene otra versión, ya que recientemente, afirmó que el comentario de Castro, corresponde a una estrategia por parte del ex líder castrista, en respuesta a la crítica que hizo Chile por la violación de los derechos humanos ocurrida en Cuba desde el comienzo del régimen. Dicha apelación, se realizó en el marco del Consejo de los Derechos Humanos, siendo Chile, uno de los pocos que alzó la voz en contra de las irregularidades dentro de Cuba. Por lo tanto, la arremetida de Fidel Castro, correspondería a una respuesta a dicha apelación, llevando lejos del debate los cuestionados derechos de los cubanos, y centrando la opinión pública en el conflicto marítimo que comenzó en el gobierno boliviano de Carlos Mesa.

De ser así, el "plan" de Castro resultó existoso, ya que de inmediato, hubo repercusiones en Bolivia y en Chile respecto al comentario del ex mandatario cubano. El presidente boliviano, Evo Morales, agradeció el "gesto" de Castro por referirse a un tema que permanece fresco en la memoria altiplánica y por la defensa histórica que se plasmó en la columna del hermano mayor de Raúl Castro. Por su parte, no podía ser menos el Partido Comunista chileno, ya que defendió los dichos de castro, en la voz del secretario general de la colectividad, Lautaro Carmona afirmando que "(Fidel) ha dicho una verdad que no tendría porqué provocar nada que no sea la otra verdad, tenemos que reflexionar y construir caminos posibles de resolver armoniosamente, de forma pacífica y respetuosa, el tema de la mediterraneidad de Bolivia", poniendo en la palestra, el tema marítimo que tanta división ha causado entre los países del cono sur.

Fidel Castro confirma una vez más, su influencia y experiencia en políticas internacionales, ya que por una "simple" columna, desató y encendió las voces en favor y en contra de la reclamación soberana que hace Bolivia, además de inmiscuirse en temas bilaterales, pero que en unos párrafos, lo ha hecho multinacional. Castro sigue más vigente que nunca, y de paso, el viaje de Bachelet sirvió como la antesala perfecta para la respuesta de Cuba frente a los cuestionamientos chilenos, intervención que abrió aun más la herida eterna de la disputa territorial y marítima en sudamérica. Una jugada maestra.

No hay comentarios: