Qué decir más que ya son 21 velas que soplo. No puedo pedir más porque he recibido más de lo que he entregado. He defraudado a tantos y he enorgullecido a otros. La vida es eso, un andar con piedras que nos detienen y enseñan. Somos un caminante que se hace camino al andar, con defectos y virtudes, aciertos y desaciertos, momentos de gloria y momentos de fracaso. Aquí estoy, una vez más, dándole las gracias a todos los que me han demostrado su cariño y aprecio, sin eso, no seríamos nada.
Me gusta pensar al más puro estilo de Frank Sinatra, y recordar siempre “que lo mejor está por venir” en un algún lugar y momento de mi existencia. Sólo eso, dar más de lo que te dan y sembrar para cosechar de lo bueno y lo malo, sacando de cada segundo, los fragmentos que armen el puzzle que es la vida y su eterno misterio.
Un año más para recordar, y un año más para homenajear a los que ya no están y tanto amor pudieron dar. Un año más para entonar, para celebrar, para crecer y valorar, para disfrutar de la grandeza de un pequeño beso, de lo memorable que resulta un abrazo y de lo valioso que suponen simples pero potentes palabras, frases que el viento no se las lleva, sino que el recuerdo se las queda hasta el último día.
Los quiero,
Felipe.
Me gusta pensar al más puro estilo de Frank Sinatra, y recordar siempre “que lo mejor está por venir” en un algún lugar y momento de mi existencia. Sólo eso, dar más de lo que te dan y sembrar para cosechar de lo bueno y lo malo, sacando de cada segundo, los fragmentos que armen el puzzle que es la vida y su eterno misterio.
Un año más para recordar, y un año más para homenajear a los que ya no están y tanto amor pudieron dar. Un año más para entonar, para celebrar, para crecer y valorar, para disfrutar de la grandeza de un pequeño beso, de lo memorable que resulta un abrazo y de lo valioso que suponen simples pero potentes palabras, frases que el viento no se las lleva, sino que el recuerdo se las queda hasta el último día.
Los quiero,
Felipe.
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