jueves, 17 de julio de 2008

Obama v/s McCain: 4 años que se ponen color de hormiga


Con las primarias demócratas en el pasado, donde el actual senador Barack Obama derrotó a la hasta hace un año segura candidata a la presidencia, Hillary Clinton, comienza la etapa decisiva para el senador de raza negra en su objetivo de llegar a la casa blanca, luchando por los votos frente al candidato republicano, John McCain.

Dos trayectorias muy diferentes, dos estilos muy distantes entre si y dos razas contrapuestas en Estados Unidos, andan tras los pasos del cargo presidencial que dejará George W. Bush, aunque este último se inclina por su colega de partido, McCain, quien a simple vista, quiere seguir por la senda del actual mandatario, sobre todo en cuánto al tema de Irak y la política económica nacional e internacional. Obama, por otro lado, ofrece lo nuevo, lo que los norteamericanos contrarios a Bush quieren oír: sacar las tropas de Irak, mejorar la alicaída situación financiera y ponerle un filtro a la inmigración a los Estados Unidos, la cual no parece tener fondo ni control alguno.

El senador por Illinois, Barack Obama, ha tenido una meteórica carrera política, ya que a sus 46 años, ha logrado concretar aspiraciones electorales que muchos no pudieron conseguir o que con bastantes años en la materia, aún luchan por obtener. El caso más cercano a dicha realidad, es el del senador de Arizona, John McCain, quien a sus casi 60 años de vida, recién aspira a un cargo de gran dimensión mundial, como es el de ocupar el puesto del presidente de los Estados Unidos.

Si lo miramos desde la perspectiva política, McCain, tiene un vasto recorrido y usualmente no se puede lograr mucho cuando se es más joven e inexperto en la materia, por lo que muchos políticos alrededor del mundo, llegaron a la cúspide cuando promediaban los 55 años y el republicano responde a esa cifra, al igual que el actual presidente Bush. La excepción a la regla, es el senador de raza negra, Obama. El demócrata de origen africano, resulta ser alguien fuera de lo común, ya que hace pocos años comenzó a incursionar de manera activa en la política, alternándolo con su carrera de abogado y su constante intervención en la iglesia congregacional, ya que el mismo se ha declarado un cristiano totalmente devoto. Es aquella formación profesional, junto con la imagen de un hombre con estabilidad familiar, profesional y psicológica, la que seduce al electorado estadounidense, quien tras dos inclinaciones por Bush, se ha cansado de no avanzar en materia económica y de no ver una pronta solución al conflicto en Irak además de la problemática que signifca la masiva inmigración ilegal en gran parte de Norteamérica.

El tema de moda en Estados Unidos, es la ocupación militar que llevan a cabo en Irak.
Por el lado de McCain, siempre apoyó y apoya la incursión militar en Irak, basándose en un tema de seguridad nacional; mismo fundamento que ocupó Bush para convencer al parlamento de que Estados Unidos se veía amenazada por la presencia de Osama Bin Laden en Afghanistán y las armas de destrucción masiva en Irak, bajo las órdenes del otrora presidente irakí, Saddam Hussein.
Hasta el día de hoy, no hay rastro de Bin Laden, y nunca se han encontrado las temidas armas. Sí se encontró mucho petróleo y se enjuició al prófugo Hussein, que terminó en la horca por los delitos que cometió en su gestión.

Por el lado de Obama, se percibe un discurso claro en torno a este tema tan delicado para miles de familias norteamericanas, quienes han perdido a sus hijos por una causa que jamás se ha esclarecido. Debido a esto, el senador propuso retirar las tropas en un lapso de 16 meses, algo que ha ido moldeando con el paso del tiempo, debido a que se ve muy complicado llevar a cabo dicha misión en tan poco tiempo, cuando las tropas ya llevan cerca de 6 años, con más muertes y fracasos que resultados constructivos, ya que hoy, Irak es un país en guerra civil, con miles de muertes inocentes, y con un genocidio que no da tregua, sumiendo al país, en una crisis que tomará años resolver.

No sólo el tema de Irak es el que llena la agenda de campaña de estos dos aspirantes, si no que el tema financiero y económico actual de Estados Unidos preocupa a la sociedad norteamericana en gran medida. Este ítem se ve agravado si se considera que 6 de cada 10 habitantes se encuentran en un considerable nivel de endeudamiento, factor que se ve ponderado con la crisis hipotecaria y la amenaza de recesión, anunciada hace muchos meses y que se ve más cercana por el alto precio del petróleo y el impacto que esto podría tener no sólo en las naciones pequeñas, si no que en naciones de gran potencial que son víctimas de la dependencia del crudo, como es el caso de Estados Unidos.

Ante esto, ambos proponen austeridad, transparencia, mayor inversión en productos básicos e ir en la ayuda de los más pobres, quienes son los más afectados con la crisis global que se vive actualmente.

El otro foco de discusión es el tema inmigratorio, que ha causado grandes dolores de cabeza a las autoridades, las cuales se han propuesto reglamentar la situación de los ilegales en Estados Unidos, aunque se han tomado la situación con una mayor consideración si pensamos que son aquellos ilegales, la gran masa obrera productiva que tiene al país en pie de guerra contra la crisis. Esa ventaja, es primordial para la gente que está de forma ilegal trabajando, ventaja de la cual se jacta tanto Obama como McCain, quienes se declaran ser grandes impulsores de la defensa de esas personas, a través de algunos proyectos de ley que les otorgan ciertas facilidades a los inmigrantes. En dicha tarea, Obama, desde su puesto senatorial, siempre fue más cercano a esa gente, por sobre McCain, quien apoyó entre otras cosas, las medidas de Bush en su mandato. Dichas medidas no cayeron bien en la población extranjera por ser extremistas y discriminatorias. Un claro ejemplo de aquello, es la construcción de la muralla que separa a México de Estados Unidos, la cual se levantó con el objetivo de evitar el paso de mexicanos y de otras nacionalidades al país norteamericano por medio del desierto.

Sin duda, la competencia electoral de noviembre será realmente interesante y reñida, ya que se enfrentan dos caras opuestas por un partido, por una ideología, por una raza y por la experiencia, pero por sobre todas las cosas, por la propuesta de McCain de seguir y mejorar lo actual, o por lo planteado por Barack Obama, quién llama a los estadounidenses a erradicar la mala gestión de los republicanos, e innovar con acciones que le otorguen el sitial de honor que ha perdido Estados Unidos a nivel internacional en la última década.

Las encuestas no son claras en torno a quien se perfila como ganador, lo que le da un agregado más a una contienda histórica, porque estamos en una situación delicada, con 4 años por delante que no se ven fáciles de gestionar, sobre todo, desde el sillón más mirado y enjuiciado del mundo, el sillón de la presidencia de los Estados Unidos.

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