Santo Domingo, República Dominicana, marzo de 2010.
Para muchos sólo se trataba de una radio aburrida que informaba e informaba todo el santo día, y sólo por las noches o los domingos lluviosos antes de comenzar una semana, la música sonaba de manera tranquila y apacible, interrumpida por la emblemática canción “Bío-Bío la radio, somos gente del sur”, o por las apariciones periódicas de una voz tosca diciendo implacablemente “El informador”.
Esa poca valoración que rodeaba a la radio por parte de muchas personas de Chile y especialmente de Concepción, cambió drásticamente la madrugada del 27 de febrero de 2010, cuando el reloj apuntó las 3.34 AM, y un brutal terremoto golpeó el corazón del país como no lo había hecho hace más de 50 años, despertando de un sueño súbito a miles de personas, que en un abrir y cerrar de ojos, comenzaban a vivir una película de terror.
Una emisora se mantuvo sin importar las consecuencias, respondiendo a la fidelidad de jóvenes y viejos, por su enorme necesidad de estar informados, de sentirse un poco más cercanos, de entender la gravedad del asunto y de actuar en consecuencia. No sólo demostró ser un medio de comunicación eficaz y valiente, sino también, demostró que su popularidad, la construyó con el sudor de cada día, batallando el miedo y la preocupación de su gente, que hoy, no tienen más que palabras de agradecimiento para ellos.
Hubo culpables por la falta de coordinación, por los saqueos y por la escasa ayuda que llegó a Concepción, pero en medio del caos, un héroe de las comunicaciones se mantuvo de pie y no dejó que ninguna réplica temeraria afectara las informaciones, porque Bío-Bío la radio, se convirtió en un superviviente a la peor tragedia en cinco décadas, y emergió a todas luces a una población entera, que sintió el golpe del maremoto, pero pudo levantarse y sentirse un poco más cerca de la esperanza, con esa transmisión radial reconocible, con esa voz que no descansó y luchó cada minuto para mantener a la audiencia informada, invitando a una ciudad y a un país, a ponerse de pie una vez más.
A los periodistas, a los locutores, a todo el equipo técnico y humano que no durmió, que estuvo lejos de sus seres queridos para mantener informados a otros y así saber de sus familiares, en fin, a la radio, decir gracias es poco, decir que son parte fundamental en la reconstrucción de un nuevo Concepción es poco, porque son ustedes la voz del sur, la transmisión de la esperanza, el espaldarazo que alejó los fantasmas de la locura y entregó todo de sí para seguir siendo los penquistas de ayer, de hoy y del mañana.
Para muchos sólo se trataba de una radio aburrida que informaba e informaba todo el santo día, y sólo por las noches o los domingos lluviosos antes de comenzar una semana, la música sonaba de manera tranquila y apacible, interrumpida por la emblemática canción “Bío-Bío la radio, somos gente del sur”, o por las apariciones periódicas de una voz tosca diciendo implacablemente “El informador”.
Esa poca valoración que rodeaba a la radio por parte de muchas personas de Chile y especialmente de Concepción, cambió drásticamente la madrugada del 27 de febrero de 2010, cuando el reloj apuntó las 3.34 AM, y un brutal terremoto golpeó el corazón del país como no lo había hecho hace más de 50 años, despertando de un sueño súbito a miles de personas, que en un abrir y cerrar de ojos, comenzaban a vivir una película de terror.
Una emisora se mantuvo sin importar las consecuencias, respondiendo a la fidelidad de jóvenes y viejos, por su enorme necesidad de estar informados, de sentirse un poco más cercanos, de entender la gravedad del asunto y de actuar en consecuencia. No sólo demostró ser un medio de comunicación eficaz y valiente, sino también, demostró que su popularidad, la construyó con el sudor de cada día, batallando el miedo y la preocupación de su gente, que hoy, no tienen más que palabras de agradecimiento para ellos.
Hubo culpables por la falta de coordinación, por los saqueos y por la escasa ayuda que llegó a Concepción, pero en medio del caos, un héroe de las comunicaciones se mantuvo de pie y no dejó que ninguna réplica temeraria afectara las informaciones, porque Bío-Bío la radio, se convirtió en un superviviente a la peor tragedia en cinco décadas, y emergió a todas luces a una población entera, que sintió el golpe del maremoto, pero pudo levantarse y sentirse un poco más cerca de la esperanza, con esa transmisión radial reconocible, con esa voz que no descansó y luchó cada minuto para mantener a la audiencia informada, invitando a una ciudad y a un país, a ponerse de pie una vez más.
A los periodistas, a los locutores, a todo el equipo técnico y humano que no durmió, que estuvo lejos de sus seres queridos para mantener informados a otros y así saber de sus familiares, en fin, a la radio, decir gracias es poco, decir que son parte fundamental en la reconstrucción de un nuevo Concepción es poco, porque son ustedes la voz del sur, la transmisión de la esperanza, el espaldarazo que alejó los fantasmas de la locura y entregó todo de sí para seguir siendo los penquistas de ayer, de hoy y del mañana.
Simplemente gracias, Bío-Bío la radio.
Con cariño y afecto de un penquista de corazón, en nombre de todo un pueblo.
1 comentario:
http://www.youtube.com/watch?v=z4rGrUFOjqE
http://www.facebook.com/video/?oid=356148228854
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