Pasadas las 6 de la tarde la suerte ya estaba echada. El aspirante conservador de la Derecha, Sebastián Piñera había obtenido más del 50 por ciento de los votos con más del 60 por ciento de las mesas escrutadas, dejando en nada las aspiraciones del candidato del oficialismo, Eduardo Frei, que rozó el 49 por ciento de las votaciones.
Las reacciones no se hicieron esperar y el mismo ex presidente Frei salió a reconocer su derrota, aunque aseguró que “esto es sólo un alto en el camino”, mientras que el resto de los integrantes de la Concertación tuvieron palabras de elogio hacia el hijo del ex presidente Frei Montalva, y mensajes de buenos deseos al nuevo mandatario chileno, Sebastián Piñera.
Con la victoria – más holgada que estrecha como muchos indicaron en un principio – llegaron a su fin 20 años del poder por parte de la izquierda, desde que se reinstaurara la democracia en el país tras 17 años del gobierno militar (o de dictadura, como usted mejor prefiera), con representantes que lograron permanecer en la Moneda hasta dónde más se estirara la desgastada Concertación, que ahora deberá rearmar sus piezas y volver al ataque en el 2014.
En el comando de Piñera, la fiesta comenzó desde temprano cuando la radio Bío Bío y la Universidad Católica de Chile le daban las preferencias al empresario, con estimaciones que prácticamente igualaron el 51,61 por ciento de Piñera y el 48,38 de Frei, porcentajes que hablaron por sí solos, dejando nada más que palabras de reconocimiento de una derrota inapelable y un claro mensaje a la derecha para que el diálogo se mantenga y el progreso como nación siga su curso.
Sebastián Piñera tiene la palabra, el asiento más importante de Chile y la oportunidad de concretar la mayoría de sus pretensiones, porque como nuevo presidente de la nación en la celebración de su bicentenario, no son fáciles los desafíos que se avecinan ni mucho menos será la avalancha que se aproxima de la izquierda, que deberán ser oposición, algo a lo que no estaban acostumbrados desde que Pinochet dejó el cargo de presidente, hace más de 20 años.
Las reacciones no se hicieron esperar y el mismo ex presidente Frei salió a reconocer su derrota, aunque aseguró que “esto es sólo un alto en el camino”, mientras que el resto de los integrantes de la Concertación tuvieron palabras de elogio hacia el hijo del ex presidente Frei Montalva, y mensajes de buenos deseos al nuevo mandatario chileno, Sebastián Piñera.
Con la victoria – más holgada que estrecha como muchos indicaron en un principio – llegaron a su fin 20 años del poder por parte de la izquierda, desde que se reinstaurara la democracia en el país tras 17 años del gobierno militar (o de dictadura, como usted mejor prefiera), con representantes que lograron permanecer en la Moneda hasta dónde más se estirara la desgastada Concertación, que ahora deberá rearmar sus piezas y volver al ataque en el 2014.
En el comando de Piñera, la fiesta comenzó desde temprano cuando la radio Bío Bío y la Universidad Católica de Chile le daban las preferencias al empresario, con estimaciones que prácticamente igualaron el 51,61 por ciento de Piñera y el 48,38 de Frei, porcentajes que hablaron por sí solos, dejando nada más que palabras de reconocimiento de una derrota inapelable y un claro mensaje a la derecha para que el diálogo se mantenga y el progreso como nación siga su curso.
Sebastián Piñera tiene la palabra, el asiento más importante de Chile y la oportunidad de concretar la mayoría de sus pretensiones, porque como nuevo presidente de la nación en la celebración de su bicentenario, no son fáciles los desafíos que se avecinan ni mucho menos será la avalancha que se aproxima de la izquierda, que deberán ser oposición, algo a lo que no estaban acostumbrados desde que Pinochet dejó el cargo de presidente, hace más de 20 años.
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