martes, 1 de marzo de 2011

El eterno debate de Dios


Ya no podemos compararlo con la discordia entre la gallina y el huevo. La ciencia ya comprobó que la gallina fue primero porque la pata posee un componente que es necesario para la creación del huevo. Se demostró y se acabó el debate. ¿Y Dios?

Hace dos mil años un “loco” cumplió 30 años y comenzó a predicar que era el profeta, el hijo de Dios, enviado para salvar al pueblo y guiar al mundo desde entonces. Lo mataron, “resucitó” y nos dejó, prometiendo volver. Hasta hoy, no ha ocurrido y hasta hoy, no se ha comprobado nada más que la existencia de un hombre que se llamó Jesús y que muchos lo siguieron hasta el último día.

Mucha agua debajo del puente ha pasado en estos dos mil años. Guerras, religiones para todos los gustos, discrepancias de interpretación y una fe tan ciega como la misma creencia, basadas en un libro que se denomina sagrado por poseer la palabra del señor, pero que fue escrita por hombres, imperfectos de por sí, y que ha pasado por muchas manos y más de una tergiversación.

En el nombre del señor se han hecho barbaridades y buenas acciones. En el nombre del señor se ha asegurado que existe un paraíso y un infierno, que si crees en Dios, la existencia del Diablo es bastante probable, y que el Juicio Final vendrá, aunque dos mil años después seguimos a la espera de ese gran día.

Hay tantos creyentes que son absolutamente negados a estar equivocados, pero lo que no ven es que se trata de una creencia cultural, que si no hubiese sido por la llegada de los españoles, que exterminaron y violaron a las culturas americanas que habitaban antes de su arribo, nunca hablaríamos de Dios, sino de Dioses, no seríamos supuestamente monoteístas, sino politeístas, y que el Dios Sol sería el tema central de conversación, donde aseguraríamos que milagros que han pasado por nuestras vidas nos han comprobado que el Dios Sol sí existe.

Estamos solos. No sólo porque no hay nadie que me pueda explicar con lógica la existencia de Dios, sino porque existe una contradicción tan horrorosa que ponemos al hombro de ese ser Todopoderoso las cosas buenas pero todo lo malo pasa a ser nuestra culpa.

La ciencia por su lado, ha ido demostrando con los años y con poco tiempo de tecnología de primera a mano, los enigmas que el humano se ha planteado, y su ambición crece rumbo a descubrir cómo el mundo fue creado, descartando de plano que un ser que nunca nadie ha visto haya hecho la tierra en siete días.

Me llaman niño e ingenuo por creer en Papá Noel, un mito que cuenta cómo un hombre reparte regalos por el mundo abordo de un trineo y depositando los mismos por la chimenea, o al decir que creo en el ratoncito que me deja dinero cuando pierdo un diente. ¿Por qué no dicen lo mismo de aquellos que confían en un hombre que supuestamente caminó por el agua, multiplicó la comida, convirtió el agua en vino y resucitó después de ser asesinado?

1 comentario:

MariPily dijo...

Nadie dice nada de los creyentes porque en todas las sociedades cristianas se le condiciona a la gente desde que nace a que vivan bajo una creencia, ya sea por miedo a verse'desprotegidos' por ese algo que creen ha creado todo lo que existe y vela por ellos, o sino porque tambien influye el hecho de que las creencias religiosas son otra manera que utilizan las autoridades para manipular a las grandes masas. La gente cree porque se les ha enseñadoq ue eso es 'lo correcto'.