sábado, 13 de marzo de 2010

Simplemente gracias


Santo Domingo, República Dominicana, marzo de 2010.


Para muchos sólo se trataba de una radio aburrida que informaba e informaba todo el santo día, y sólo por las noches o los domingos lluviosos antes de comenzar una semana, la música sonaba de manera tranquila y apacible, interrumpida por la emblemática canción “Bío-Bío la radio, somos gente del sur”, o por las apariciones periódicas de una voz tosca diciendo implacablemente “El informador”.

Esa poca valoración que rodeaba a la radio por parte de muchas personas de Chile y especialmente de Concepción, cambió drásticamente la madrugada del 27 de febrero de 2010, cuando el reloj apuntó las 3.34 AM, y un brutal terremoto golpeó el corazón del país como no lo había hecho hace más de 50 años, despertando de un sueño súbito a miles de personas, que en un abrir y cerrar de ojos, comenzaban a vivir una película de terror.

Una emisora se mantuvo sin importar las consecuencias, respondiendo a la fidelidad de jóvenes y viejos, por su enorme necesidad de estar informados, de sentirse un poco más cercanos, de entender la gravedad del asunto y de actuar en consecuencia. No sólo demostró ser un medio de comunicación eficaz y valiente, sino también, demostró que su popularidad, la construyó con el sudor de cada día, batallando el miedo y la preocupación de su gente, que hoy, no tienen más que palabras de agradecimiento para ellos.

Hubo culpables por la falta de coordinación, por los saqueos y por la escasa ayuda que llegó a Concepción, pero en medio del caos, un héroe de las comunicaciones se mantuvo de pie y no dejó que ninguna réplica temeraria afectara las informaciones, porque Bío-Bío la radio, se convirtió en un superviviente a la peor tragedia en cinco décadas, y emergió a todas luces a una población entera, que sintió el golpe del maremoto, pero pudo levantarse y sentirse un poco más cerca de la esperanza, con esa transmisión radial reconocible, con esa voz que no descansó y luchó cada minuto para mantener a la audiencia informada, invitando a una ciudad y a un país, a ponerse de pie una vez más.

A los periodistas, a los locutores, a todo el equipo técnico y humano que no durmió, que estuvo lejos de sus seres queridos para mantener informados a otros y así saber de sus familiares, en fin, a la radio, decir gracias es poco, decir que son parte fundamental en la reconstrucción de un nuevo Concepción es poco, porque son ustedes la voz del sur, la transmisión de la esperanza, el espaldarazo que alejó los fantasmas de la locura y entregó todo de sí para seguir siendo los penquistas de ayer, de hoy y del mañana.


Simplemente gracias, Bío-Bío la radio.

Con cariño y afecto de un penquista de corazón, en nombre de todo un pueblo.

martes, 9 de marzo de 2010

Se buscan


El retrasado aviso de la Armada de Chile por el inminente tsunami, la acción poco convincente de la Oficina Nacional de Emergencia (Onemi) ante la catástrofe, y la falta de decisión de Michelle Bachelet y sus ministros, provocaron un caos absoluto en las zonas afectadas por el maremoto del pasado 27 de febrero.

Los saqueos en supermercados y farmacias, fueron consecuencia de la falta de manejo de una crisis de esa envergadura, ya que lo que se debió hacer, no se hizo, y en cambio, se esperó a que la situación volviera a la calma, cuando la ayuda internacional debió llegar rápidamente y los militares debieron estar en las calles resguardando el orden y la integridad de la población.

Tanto la Derecha como la Concertación hicieron un llamado a la unidad nacional, en tiempos en que el país necesita de la cooperación de toda su población para sobrellevar el difícil momento por el que atraviesa, aunque no buscar culpables resultaría una irresponsabilidad mayúscula, mucho más si la gente que fue inepta y no supo actuar se mantiene al margen, y no asume su culpabilidad en medio de la tragedia que significó la verdadera “película de terror” que vivieron habitantes de toda la región del Bío-Bío y del Maule.

España, Estados Unidos y Perú, entre otras naciones, ofrecieron inmediatamente su ayuda, aunque desde el representante de Chile en la ONU, Heraldo Muñoz, hasta el ministro del interior, Edmundo Pérez Yoma, no dudaron en decir que la asistencia no era necesaria y que Chile estaba preparado para este tipo de eventos. En los días posteriores, sus opiniones debieron cambiar drásticamente o simplemente callar para evitar otra semejante estupidez.

Una bofetada más fea que el propio terremoto es la falta de respeto y prudencia de la que hizo gala el gobierno, que demoró tres días en pedir asistencia internacional, horas para decretar Estado de Catástrofe, y muchas más para hacer llegar la ayuda estrictamente necesaria para la gente que tanto lo necesitaba.

Para rematar: la encuesta revelada por Adimark, que le otorga un intacto 84 por ciento de aprobación a la presidenta Michelle Bachelet y un 75 por ciento al gabinete, parecen poco veraces, sobre todo viniendo de personas que optaron por decir que no necesitaban ayuda internacional, que las muertes no subirían más allá de la decena y que el abastecimiento estaba garantizado. Como si creyeran que la gente fuera tan ingenua y tonta para no entender que es la peor catástrofe en décadas.

Errar es humano, reconocerlo, parece ser, de otro mundo.

domingo, 7 de marzo de 2010

Chile lo hizo de nuevo


El peor terremoto en 25 años que afectó a gran parte de Chile, y que desmoronó la esperanza de miles de personas, fue el motivo perfecto para revelar de qué está hecho el país: amor y solidaridad. Esto, por los 30 mil millones de pesos que Don Francisco y compañía, lograron reunir en más de 27 horas de transmisión de “Chile ayuda a Chile”.

La maratónica jornada vivida en el Teatro Teletón, fue la ocasión donde artistas, deportistas y periodistas, se juntaron para promover la conciencia de unión y ayuda que el país necesita, no sólo por el tema monetario, sino también por un tema de espíritu nacional, ese mismo que ha sacado a flote al país después de cada catástrofe, como la de 1960, de 1985, y ahora la del 2010.

La presidenta Michelle Bachelet, fue clara en señalar que esto es sólo el comienzo, y que los millones juntados, en comparación con lo que el país necesita para ser reconstruido (30 mil millones, pero de dólares), son sólo un ladrillo de la casa que debe ser levantada, aunque destacó la entereza, amor y entrega de cada persona que donó dinero a la causa.

Los 8,8 grados en la Escala de Richter, y el sinnúmero de réplicas sentidas a lo largo del territorio, no han sido suficientes para doblegar la escasa esperanza que vive en los chilenos, que han sufrido la pérdida de sus bienes materiales, se han tenido que defender de saqueadores sin cultura alguna, y de un terremoto que remeció hasta lo más profundo del ser.

El abrazo, espontáneo para muchos, entre Michelle Bachelet y Sebastián Piñera, coronó la noche perfecta de “Chile ayuda a Chile”, haciendo sentir a 16 millones un orgullo floreciente, luego del golpe sufrido el fatídico 27 de febrero pasado, un día que quedará como uno de los más tristes de la historia, pero también, uno que vio la fortaleza del ser humano cuando decide aunar fuerzas y salir adelante una vez más. Chile, lo hizo de nuevo.